26 / Plásticos Nº 312
/ AGOSTO - OCTUBRE 2014
ELECTROHILADO
E
ste conocimiento motivó a científicos del Centro de Investiga-
ción en Química Aplicada (CIQA) de México a trabajar en un
proyecto para producir las nanofibras y darles aplicación. El
equipo Biopolímeros y optoelectrónica molecular, del cual
forma parte el doctor Jorge Romero García, ha realizado un trabajo
experimental con la finalidad de desarrollar biosensores para detectar
sodio en soluciones fisiológicas (sangre, orina y saliva), así como mem-
branas o parches cargadas con fármacos o enzimas que pueden ser
útiles en la cicatrización de heridas, como el pie diabético.
“Hemos hecho estudios para la incorporación de antibióticos, enzi-
mas y nanopartículas metálicas de plata y oro, entre otros compues-
tos, que se utilizan de forma cotidiana en el tratamiento de enferme-
dades comunes, así como crónico degenerativas. A otras membranas
se les han adicionado fluorelenos, moléculas que pueden ser usadas
en celdas voltaicas orgánicas que, junto con otros componentes como
los oligomeros o polímeros fluorescentes y semiconductores, tienen la
capacidad de captar la luz y convertirla en energía eléctrica”, informó.
De acuerdo con el investigador adscrito al Departamento de Mate-
riales Avanzados, la presente tecnología se basa en el electrohilado de
polímeros, procedimiento mediante el cual es posible fabricar las nano-
fibras con una amplia variedad de polímeros o materiales compuestos.
Para ello, un polímero disuelto en agua u otros disolventes orgáni-
cos es forzado a salir por un orificio delgado, por ejemplo el de una
aguja de una jeringa, a la que se le aplica alto voltaje.
En consecuencia, la solución electrificada es atraída por un colector
metálico -que puede ser una placa de aluminio, cobre u otro metal-
conectado a una polaridad diferente (tierra). La expulsión de la disolu-
ción polimérica forma una corriente de chorro y en el trayecto se pro-
duce la evaporación del solvente dando lugar a la formación de fibras
relativamente largas y con diámetros de tamaño nanométrico. De es-
ta manera, las nanofibras van tapizando la superficie del colector del
que finalmente se puede separar una membrana no tejida.
“El electrohilado de nanofibras es una técnica muy generosa, versá-
til y con un potencial enorme de aplicaciones en diferentes áreas, co-
mo medicina, nanotecnología, electrónica, biotecnología e incluso
agronomía. Hemos generado un conocimiento muy importante en el
Centro que, eventualmente, podría derivar en otras aplicaciones; por
ejemplo, la sustitución de tejidos humanos o la liberación controlada
de fármacos, entre otros”, subrayó el doctor Romero García.
Cabe destacar que el grupo Biopolímeros y optoelectrónica molecu-
lar, al que también pertenecen los doctores Antonio Ledezma, Ivana
Moggio y Eduardo Arias, inició esta línea de investigación en el año
2006, lo que convierte a los científicos del CIQA en pioneros a nivel
nacional en este campo. Además, todo el conocimiento que han ge-
nerado les ha permitido trabajar en colaboración con otros grupos na-
cionales, de Brasil y Europa.
Nanofibras de polímeros para usos médicos
Las nanofibras obtenidas por medio de la técnica conocida como electrohilado (“electrospinning”)
tienen un alto potencial debido a que a partir de ellas pueden manufacturarse biosensores, prendas
protectoras, dispositivos de filtración y liberación de medicamentos, así como soportes para el
crecimiento de células y tejidos, entre otros.
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